Wed. Mar 27th, 2024
Cafeína y otros compuestos en el café para combatir el Parkinson: investigación

Investigadores de la Universidad de Rutgers anunciaron los resultados de su último estudio. Proclamaron que la cafeína y otro componente de la capa cerosa de los granos de café podrían ayudar a proteger a un individuo contra enfermedades como la degeneración cerebral. Los científicos de Rutgers han descubierto un compuesto en el café que podría funcionar junto con la cafeína para combatir las condiciones de salud llamadas enfermedad de Parkinson y demencia con cuerpos de Lewy. Ambas enfermedades son progresivas y actualmente no curables. Del mismo modo, ambas enfermedades están relacionadas con la degeneración cerebral.

Se puede acceder a las últimas investigaciones en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Propone que ambos compuestos, cuando se combinan, podrían funcionar como una opción terapéutica para ralentizar el proceso de degeneración cerebral. M. Maral Mouradian, director del Instituto de Terapéutica Neurológica de la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers, es el autor principal de esta investigación.

En una nota similar, el mes pasado, investigadores de la Universidad de Filadelfia y la Universidad Thomas Jefferson revelaron los resultados de su investigación. De acuerdo con estos resultados, las variaciones químicas en el café frío y caliente podrían tener impactos en la salud del cuerpo humano. En concreto, los investigadores descubrieron que el café preparado en caliente contiene altos niveles de antioxidantes, que se supone son responsables de algunas de las ventajas para la salud del café.

Se puede acceder a esta investigación en la revista Scientific Reports. Los investigadores también destacaron que los niveles de pH del café tanto frío como caliente en el ensayo fueron los mismos, en el rango de 4.85-5.13. Se ha visto que numerosas empresas de café y blogs de estilo de vida se inclinan a anunciar que el café frío es menos ácido que el café caliente. Por lo tanto, es menos probable que cause problemas gastrointestinales y ardor de estómago. La investigación fue realizada por Megan Fuller, Ph.D., profesora asistente de química y Niny Rao, Ph.D., profesora adjunta de química.

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